lunes, 14 de abril de 2008

lo que te CUENTO...

Pensó en llamarle, pero las palabras se quedaban atascadas a la altura de la campanilla y al segundo intento de emitir sonidos sintió que podía morir. Entonces, agarró el móvil y decidió escribir un mensaje de texto pero al quinto intento descartó la idea. No tenía espacio suficiente y las palabras, así unidas, parecían decir todo lo contrario. Necesitaba más cancha y apostó por el correo electrónico. Pero hubo de descartarlo a las dos horas porque no acertó qué poner en “Asunto”. Todo lo que rellenaba el cuerpo de texto quedaba “descabezado”… Decidió, sin más, escribirle una carta de su puño y letra. Quedó chevre. Le dijo todo lo que ansiaba desde hace años e intentó que sus garabatos nerviosos fuesen legibles… No más le había llevado dos horas, pero tras cerrar el sobre y colocar el sello se percató de que no sabía su dirección postal. Aún seguiría llorando pero el timbre de la puerta la dejó atónita.
Despacio, sin hacer ruido, se acercó a la mirilla y tuvo que taparse la boca para no gritar…
No podía verla así. No lo pensó ni una vez. Deslizó la carta sin destinatario bajo la puerta y corrió a encerrarse en su habitación.

2 comentarios:

  1. Jolín, tres días sin asomarme y vaya ritmo de renovación ( veo que el wifi funciona perfectamente).
    El relato, encantador. Como siempre.

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  2. merci, por cierto, tenga una mala nueva... Chema de Barrio Sésamo, ha muerto. Estaba casado con la chica que había bajo Espinete...

    toy desolá

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