La primera de la familia no fue mi abuela pero su arte para decir mentiras es tal, que merece el primer minicapítulo. Cuando la vecina le dijo un día que empezaba a tener canas, con mucha inquina, la verdad, mi querida abuela se carcajeó en su cara, y con brazos en jarras le dijo muy chulesca que no tenía ni idea, que eso no eran canas, sino auténtico cabellos rubios platino. Todo debido a que mi tatarabuela tuvo una aventura con un alemán de pelo rubio como la cerveza y de ahí nació mi bisabuela, "¡cómo una Marilyn Monroe de guapa y de roya!". Todos rubios albinos en la familia salvo mi abuela, que es la excepción que confirma la regla, claro. Y para más inri le trajo a la vecina una foto en blanco y negro de mi bisabuela, el día de su boda, en la que ésta, canosa de nacimiento, lucía su cabello en primoroso recogido y blanco nuclear. "¡Rubio a la Marilyn!, ¡Para qué veas!" repetía mi abuela. "Si la querían llevar al Jolibud y todo",...
Con estos genes, no os extrañe que un día u otro os cuente una trola (si no lo he hecho ya)
Continuará,...
Qué suerte! nunca he sabido hacerlo (mentir),ni cuando quizá alguna vez convenía.
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