miércoles, 19 de mayo de 2010

Oráculo

Ojalá este blog lo fuera. Lo cierto es que lo uso como tal, en espera de que me dé una respuesta, que me aclare si he hecho bien o mal, si debo tomar el camino largo o el corto. Pero este blog es una H. El templo de todas las H, diría yo. No habla, ni da señales que te guíen. Una pena porque hoy vuelvo a necesitar un oráculo. Uno que me diga qué debo hacer para frenar este zumbido en la cabeza y el estómago. El zumbido empieza a llenarlo todo y se ha llevado por delante mis tímidos intentos de avanzar por la vida sin mirar a los lados. ¿Qué hago? ¿Cerebral o visceral? ¿Me lanzo al abismo o sigo caminando por la orilla?
Y además de la duda, está el enfado, porque no quería volver a esta encrucijada. Un cruce de caminos en el que, recordemos, no olvido el retrovisor. Ese al que nunca podré dejar de mirar,...
Difícil estar en mi piel estos días, amigos. Imposible mirarme al espejo y aceptarme con dignidad. Y como banda sonora, a todo volumen, ese zumbido,... ¡Otra vez!

The White Stripes. I just don´t know what to do with myself

5 comentarios:

  1. El zumbido en la cabeza es muy probable que desaparezca, el del estómago quizá ya lo haya hecho. Pero lo que dices del retrovisor es bien cierto, siempre estará ahí... aunque las imagenes cada vez son mas difusas, hasta dejar de doler, al menos en mi caso...

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  2. Un día me regalaron un librito titulado "El libro de las respuestas" Consiste en dejar pasar las hojas y luego al azar, marcar una. Ahí siempre hay una frase que da respuesta a tu pregunta. Pues bien, en mi caso, la respuesta siempre es otra pregunta y ya, ni lo consulto,... ¡Quiero un libro de respuestas, de verdad!

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  3. El final es siempre visceral, asi que ahorrate el principio.
    En palabras creo que de San Aguntín "polvo que no echas, polvo que no recuperas".

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  4. ¡Angeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeel! Ay, que no es eso, ay, ay, ay,...

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  5. Las metáforas pueden ser sutiles y elegantes, o no. Las mías, nunca. Quelevamoshacer.

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