domingo, 27 de junio de 2010

Paseante dominical (el día después)

Mientras limpias el salón para borrar los efectos de la fiesta de ayer recuerdas la larga discusión que tuvisteis sobre si tiene nombre o no el punto de la letra i. Todo tiene nombre, dijo una amiga. Igual el punto de la i se les olvidó, dijo otra. Es el punto de la i y punto, comentó alguien mientras servía más vino. ¿Acaso el punto de la i puede ir por libre? ¿A que no?, remató otro, ¡Pues eso, ponerle nombre es tontería! La chica que lanzó la pregunta volvió al ataque y sugiriró que lo bautizáramos nosotros, allí y ahora. Que si ya tenía un nombre, desde luego no era muy popular así que ese puntito se merecía un nombre mejor. Y, uno por uno, apuntamos nuestros nombres en pequeños papelitos blancos y comenzamos a leerlos al azar,... Elige tú, querido lector mañanero, cuál es el más apropiado: Puntazo, ipuf, ipeca, apúntesis, solitendro, icento, conicón,... PD: Dijo alguien que esto de bautizar signos ortográficos es muy peligroso porque el punto de la exclamación y la interrogación se pueden poner celosos, por no hablar de los dos puntos y el punto y coma,... Todos nos encogimos de hombros, la verdad.

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