miércoles, 30 de junio de 2010

Maneras de vivir

Puedes moverte por pasiones o razonando. Por desgracia, soy de las primeras. Aunque no es una ventaja, ni mucho menos. Para mi mala suerte, me gusta despertarme solo si hay algo interesante que me espera, -algo que no suele pasar-; me inquieta que no haya nada que me conmueva en las 24 horas de un día, me ahogo en la rutina,... -y suelo ahogarme, creedme-. Moverse por pulsiones, por corazonadas, por verle o no verle, no es nada bueno. Te frustras, te decepcionas y te deprimes mucho más que el resto de los mortales. Aunque cuando aciertas, cuando sabes que tu intuición es la buena, no hay fuegos artificiales por olímpicos que sean que lo puedan superar. Y por eso, por volver a ver esos cohetes de colores iluminando el cielo más negro, solo por eso merece la pena vivir... (Aunque haya que esperar y desesperar)
Y por eso, cuando pierdes algo que te hacía sentir vivo, te arrastras por el fango durante meses,... incluso años. Y quién no entienda cuánto cuesta olvidar a quién tanto se quiso, seguro que no sabe ni la tabla del 9. Seguro. ¡A los leones!

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