Aquí hablo de libros y comparto mis cuentos. Para hablar un rato sin mover los labios
jueves, 25 de noviembre de 2010
Escudo protector
Me tapa la cara para que no se lean mis sentimientos.
Lo despliego cuando me atacan con tu nombre o tus hazañas.
Lo uso hasta para dormir.
Y funciona.
Ya ni te sueño.
Mi escudo es mi sonrisa.
¿Por qué tardé tanto en darme cuenta?
Antes, tu efecto era borrarla.
Ahora, tu consecuencia es henchirla y lanzarla a los cuatros vientos.
¿Debería darte las gracias?
(tic, tac, tic, tac,...)
Tal vez prefiera terminar el texto sonriendo. Será lo mejor.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario