jueves, 23 de diciembre de 2010

Querida máquina de felicitar

Quisiera felicitar a la máquina de felicitar. Esa que felicita automáticamente a dos mil personas de una tacada, aunque intente aparentar que cada felicitación es única. La felicito yo ahora, vaya, porque siempre llega a tiempo, correcta y cumplidamente. Sin errores. Protocolariamente perfecta. Sin embargo, he de decirle que no la conozco de nada, así que es muy raro que me felicite la Navidad y el Año Nuevo, que me envíe sus mejores deseos,... Que no se ofenda pero prefiero que me feliciten solo mis amigos, aunque sea con la mente. No importa que estos días olviden mandarme un mail, sms, llamar, escribir un christmas, de hecho yo soy así, me acuerdo de todas las personas a las que quiero, tengo una frase distinta para cada una, un deseo, un garabato ilegible, lo tengo todo en la mente,... Pero nunca llego a tiempo. Quiza debiera comprarme una máquina de felicitar. Pero entonces, tal vez mis amigos no se reconocerían en mis felicitaciones. Y me mandaran a SPAM. Dejadlo, es solo que hoy he recibido "milquinientosochentaysiete" mensajes de felicitación que ni siquiera ponían mi nombre en el texto. Ni un guiño. Poco o nada personalizados. Algunos, repetidos. Y además me han colapsado el buzón de correo. Por eso quizá no he contestado ninguno. A mi me gustan las felicitaciones caseras, no estas de unos y ceros, que además escribió un guionista al que no tengo el gusto. Tú ya sabes lo que me a mí me gusta, ¿no? Ya, rarita que es una,... Ah, ¡Feliz Navidad! Querido/a amigo/a,...

2 comentarios:

  1. Ya era hora que alguien escribiera sobre el tema. La vida moderna nos comprime a todos pero yo también quiero y prefiero mensajes pergueñados caseramente, resultado de un pensamiento dirigido e individualizado. Abajo los mensajes perros.

    Oye, oye, Feliz Navidad, chica del blog.

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