domingo, 18 de diciembre de 2011

Paseante dominical (contractura)

El cuerpo es más sabio que nadie, y si decide contracturarse, ¡por algo será! Quizá porque estás pidiendo a gritos, sin saberlo, un día de relax, sofá y manta. Quizá porque te estás creyendo superwoman y hay criptonita hasta en la sopa. Mi contractura ha venido para quedarse y además, es muy quejica. Se ha instalado en la espalda, en una zona bien comunicada, entre las dorsales. Late fuerte, como un segundo corazón. Duele, como un mal amor. Ahí está, porque el cuerpo es sabio y nosotros, no. Mientras consigo echarla veré qué más puedo aprender...

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