miércoles, 7 de marzo de 2012

La esquina de los besos

No es un lugar romántico, pero sí muy transitado. La acera se estrecha y el cierzo azota de frente y de costado. Todos ansiamos el final de la calle mientras caminamos cabizbajos, pegados al muro. Cuando parece imposible avanzar, la esquina se muestra invitadora. Ofrece calles soleadas, aceras anchas y animadas,...

Y así, doblamos la esquina con prisa, ansia viva dirían algunos, y justo ahí, llegan los besos. Alguno llega centrado, otros por la retaguardia, casi siempre el inesperado ósculo viene acompañado de tropezón, excusas, grito de susto y acelerados, perdón, perdón, lo siento. Algún desaborido exime eso de mire por dónde va, pero son los menos.

En la esquina de los besos, casi nunca se repite pareja. Es, tal vez, el mejor momento del día para señoras aburridas de telenovelas y hombres angustiados por el Ibex 35. Si están interesados en la dirección exacta, solo tienen que preguntarme...

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