martes, 3 de abril de 2012

Amores inciensos (Parte I)

Le dijo que reconocería sus ojos en cualquier parte. De hecho, es lo único que había visto de ella. Unos preciosos ojos color coca cola, a través de dos agujeros. El resto, tela de traje cofrade. Negra, desde la punta del capirote, hasta el zapato. La chica no había ensayado con ellos, sustituía a Beatriz, su prima, que no podía tenerse en pie de alergia. Era un secreto que solo sabían la prima alérgica, y nuestros dos protagonistas. Imposible no darse cuenta del cambio. Beatriz le sacaba casi dos capirotes de altura, y llevaba gafas, lo que aún hacía más sacrificado el hecho de cubrirse la cabeza, procesionar y tocar el tambor a la vez. Su prima la de ojos de chispa de vida era más bajita y no tenía ni gafas, ni ritmo ni nada. Pero todo lo compensaba con unas pestañas que sobresalían de los agujeros y a él, le hacían tocar el cielo... (continuará)

3 comentarios:

  1. Felicitaciones por ese segundo "hijito" lo quiero querida Eva lo quiero!!!!

    Me muero por leer ese continuara...
    Esta parte I de lujo como siempre._

    Un abrazo guapa!

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  2. Besotes, Ju. El segundo hijito aún está en pañales, pero espero regalártelo en persona ;) prontico

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  3. Me encanta, me encanta, segunda parte YAA!!! Gracias por tus textos :)

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