viernes, 4 de mayo de 2012

Segundas canas

Sé exactamente qué día apareció la primera cana, incluso la hora aproximada. No la culpo, aquel cuatro de octubre fue de un tristeza infinita. Era para encalarse de pies a cabeza. Dolor de lo más adentro, para siempre. Las que me saldrán hoy son canas bien distintas. Son pelos blanqueados de sinsabores. Disgustos en cadena. Sonrisas hacia abajo. Ilusión bajo cero. Jugarretas. Palabras vacías. Engaños disfrazados. Fariseismos en tecnicolor. Por si fuera poco, las amigas blancas no se limitan a hacerme más venerable, son portadoras de malas noticias. En el Gran Contador, me han recortado tiempo. Me han robado al menos una hora de vida. Mi final está más cerca. Un pasito más hacia el adiós. Dicen que hablar con amigos, reírse a carcajadas, besar sin aliento y comer mucha fruta son bonus, que puedo recuperar algo de lo que me han arrancado. Que aún tengo crédito. Me pondré enseguida manos a la obra. Encanecer no me importa, pero que me tomen el pelo ya es otra cosa...