viernes, 24 de junio de 2016

#Cuentocontigo. Los López

Aquel domingo fue a curiosear al pequeño rastro de los coleccionistas. No  buscaba nada en concreto. Entre todos los cachivaches le llamó atención una pequeña caja metálica, casi descolorida, en la que se leía su mismo apellido. Aunque apellidarse López no era un hecho exótico, le pareció que aquella cajita era especial. 

La colocó junto a su colección de discos antiguos y libros de viejo y la mostró orgulloso a su mujer, que por curiosidad innata la abrió. Un buen puñado de fotos en blanco y negro con relieve dentado cayeron al parqué. Algunas fotografías tenían detrás una dedicatoria con fecha; otras solamente un nombre, su mismo nombre: Luis López. 


El otro Luis pasó ante sus ojos siendo un crío de pecho ante la pila bautismal; sobre una bicicleta; jugando con varios perros; vestido de militar; el día de su boda; con un hijo pequeño en brazos; al volante de un seiscientos; con más hijos en brazos; junto a una calabaza de 20 kilos; celebrando la Nochevieja; en la boda de su hijo; posando junto a dos nietos y sentado al sol con una manta y una gran sonrisa. 

Todos los Luis López en blanco y negro volvieron a la caja metálica, junto a los libros y los discos y aquel domingo la mujer curiosa anunció a su marido que un nuevo Luis López venía en camino. 

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