Cuando la semana se queda corta, el domingo pide tiempo extra. Tiempo muerto. Hace faltas. Quiere detener el partido. Lo que sea. Se tira al suelo. Da patadas. Se resiste a salir de la cancha. No quiere ser lunes... Así que mi domingo fue agresivo. Se agarró a los marcos de las puertas para que no pudiera sacarlo de casa, ni siquiera el sueño podía con él. El lunes llegó, claro, pero a jirones. Sabiéndose mal recibido. En tierra hostil. Va de oreja gacha y sin mirar atrás porque el domingo aún le sigue los talones,... Aún parece que le oigo gruñir a lo lejos,... O eso o es que hay tormenta
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