Encontré un tesoro entre viejos libros y cuadernos. Aquella foto en blanco y negro me sonrío desde las ajadas páginas de un manuscrito. Una sonrisa cincuenta años olvidada. Al dorso una dedicatoria sencilla. Para ti, con amor. Besé aquella fotografía, y creí rememorar el momento en el que ella la guardó entre sus versos de juventud y sus quebrados y divisiones escolares. He vuelto a esconderla en otro libro al azar, para sentir de nuevo la emoción del reencuentro.
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:( Cada vez más breve!
ResponderEliminarJa, ja...
ResponderEliminarAhí está.