sábado, 7 de mayo de 2022

#Comelibros. El peligro de estar cuerda

El peligro de estar cuerda
por Rosa Montero

Seix Barral, 2022
360 páginas

Dice Rosa Montero que este es el libro de su vida, y no en vano esconde más de un detalle biográfico tan contundente como su frase de arranque: "Siempre he sabido que algo no funcionaba bien en mi cabeza". En sus páginas, Rosa despliega a fondo su artillería periodística, investigadora, lectora, curiosa, y muy humana para explicar y explicarse todas las dudas con las que convive desde niña. Y para los adictos a las etiquetas, difícil ponerle una a este compendio "monteriano o monteresco" que encajaría tanto en la balda dedicada a ensayo, como en la de reportajes o ficción, porque a Rosa Montero le encanta embaucarnos y jugar a disfrazar la realidad de truco o viceversa... ¡de descifrarlo habrá de encargarse el devoto lector! 

Pero bajemos al detalle, ¿de qué va el libro? De la especial relación entre creación -de cualquier tipo y calidad- y locura, del "fallo del cableado neurona" que decía Kendal que da pie a la magia de la creatividad; de cómo definieron escritores y artistas a ese torbellino ese chisporroteo de ideas que da cuerda a la magia de crear. 

Será necesario tirar de lápiz y/o un arsenal de post-its para señalar las innumerables genialidades recogidas por Rosa, o para impedir que el olvido se lleve por delante inolvidables pasajes de las vidas de un buen elenco de autores como Sylvia Plath, Virginia Woolf, Doris Lessing o Emily Dickinson entre muchos otros. Por cierto, el título del libro corresponde a un verso de la Dickinson. Si has llegado hasta aquí esperando que arroje luz sobre la parte de ficción de "El peligro de estar cuerda" solo te diré que, como me contó la propia Rosa, "la parte inventada es aún más real que la realidad". Ende,...déjate llevar y ¡bienvenid@ a la manada de los rar@s! 
#10
#Lecturas2022

domingo, 1 de mayo de 2022

#Comelibros: Lugar seguro

Lugar seguro
por Isaac Rosa
Seix Barral, 2022
312 páginas

Lugar seguro es la historia de una saga, la de tres generaciones de Segismundo García cuyo común denominador es la voluntad de buscarse la vida y medrar socialmente; coger el hipotético ascensor que puede llevarles a los pisos altos en los que se mueve la clase acomodada. Conocemos su periplo en boca del hijo del patriarca, que arrastra el fracaso del padre -como fundador de un imperio low-cost de clínicas dentales- mientras trata de sacar a flote su propio negocio como vendedor de búnkeres a bajo precio. Es necesario apuntar que la novela se ubica en un futuro cercano, en el que dos movimientos sociales aglutinan a la población: por un lado los prepas -siempre listos para cuando el mundo se desmorone- y por otro los ecomunales -a los que nuestro protagonista llama botijeros, por considerarlos unos ilusos constructores de utopías. 

En su ir y venir a la caza de clientes, Segismundo II debe acudir al colegio de su vástago porque parece haberse metido en problemas -de tal palo,...- y, entre tanto, atiende las llamadas telefónicas de la cuidadora del padre, que tras su paso por la prisión está sumido en una enfermedad degenerativa que ha anulado sus capacidades mentales. Todo discurre en un plazo de veinticuatro horas -novela circadiana- que nos llevarán de punta a punta de la ciudad en busca del abuelo desorientado y del nieto y sus problemas.
#09
#Lecturas2022

miércoles, 20 de abril de 2022

#Comelibros: Cinco inviernos

Cinco inviernos
por Olga Merino
Alfaguara, 2022
272 páginas


Olga Merino fue corresponsal de prensa en la desintegrada URSS entre los años 1993 y 1998. En esos cinco inviernos, no solo fue testigo de cómo se derrumbaban los cimientos de la Unión Soviética, también forjó su anhelada intención de ser escritora. De todo ello tomaba nota en sus diarios, gracias a los cuales llega a nosotros este estupendo libro, a medias entre el diario íntimo y la crónica periodística. Se traslucía ya en sus primeros renglones la necesidad acuciante de escribir, de crear, pero antes debía encontrar su voz y el momento. Todo el que haya sentido la pulsión de sentarse a escribir mezclada con el miedo a fracasar entenderá cómo Olga desgrana a lo largo de su bitácora esa angustia vital previa a convertirse en lo que es: una fantástica escritora y periodista. Y, además, este libro nos deja una fotografía a todo color de la realidad postsoviética, de la cotidianidad que no suele figurar en las crónicas periodísticas y es, sin duda, la esencia de la realidad.
#08
#Lecturas2022 

martes, 22 de marzo de 2022

#Comelibros: Mi madre era de Mariúpol

Mi madre era de Mariúpol
por Natascha Wodin

Libros del Asteriode, 2019
312 páginas

La cita de Paul Ernst: "Tu madre te conoce, pero tú no la conoces" cierra esta impresionante obra, en la que la escritora Natascha Wodin relata la búsqueda de los orígenes en Ucrania de su madre,  Yevguenia Yákovlevna Iváshchenko. La madre se suicidó cuando ella tenía solo 11 años y la familia vivía en un campo para trabajadores desplazados en Alemania. Natascha quiere saber quién era su madre, quiénes eran sus abuelos, tíos y primos de los que nunca ha tenido noticia aunque seguir el rastro parece a estas alturas del todo imposible. Fortuitamente, un tal Konstantin al que encuentra en Internet le ayuda a tirar de los pocos hilos que aún existen hasta dar con algunos familiares y poder así completar no solo su árbol genealógico, también encontrar respuestas al periplo de su madre como descendiente de una familia aristocrática desde la bella y cosmopolita Mariúpol hasta llegar a ser esclava trabajadora en los campos nazis del Tercer Reich, tras sufrir el horror de Stalin. Un libro necesario para que entendamos que nadie abandona su patria porque sí, y seamos conscientes de la vulnerabilidad de las personas a las que llamamos refugiados y de cómo sus vida quedan destrozadas por generaciones. ¡Cuánto más hará falta para que entendamos! 
#07
#Lecturas2022

sábado, 12 de marzo de 2022

Quince años tiene mi blog

¡Cómo pasa el tiempo y cómo ha cambiado el mundo en estos quince años! Hace un momento pensaba en lo diferente que soy de aquella "hache que hache" que abrió este blog. Esa muchacha que había recibido unos cuantos zarpazos de la vida y necesitaba gritarlo aunque fuera en el mayor de los silencios. Me admira su arrojo para lanzar sus sentimientos al aire, su inocencia y su denodado optimismo -ese, que milagrosamente aún habita en mí tres lustros después. He de confesar que la añoro, que me gustaría volver a ver la vida con sus gafas de cristales de colores y recuperar la ilusión y las ganas de escribir. No me gustaría que este texto pareciera un epitafio, ni salpicaduras de tristeza; no lo es. Estoy muy orgullosa de todo lo que ha pasado por aquí en estos años, y a pesar de que el formato se vea ahora algo anticuado, casi analógico, me gusta que exista y alimentarlo con literatura y voces. Tal vez no sea tan distinta de la de antes, porque sentada aquí mientras escribo la estoy visionando, y eso consigue dibujarme una sonrisa. Si pudiera decirle algo ahora mismo desde este incierto futuro es que nunca deje de escribir, y nunca deje de tener planes. Ah, y muy importante, le adelantaría que en 2010 conocerá a una persona maravillosa; una buena persona que hará que este viaje merezca la pena. 


¡A por quince años más!