miércoles, 26 de septiembre de 2007

El principito y sus misterios

Del conjunto de las obras de Antoine Saint-Exupéry, la más conocida es "El Principito", la obra literaria francesa más universal y traducida. Su secreto, máximas como: “Lo esencial es invisible a los ojos”, dice el Principito. Y también: “Sólo los niños saben lo que buscan”.
Pero inspirada por un buen amigo, hay otra clave que me interesa, cuando en la obra el zorro le hace repetir“Eres responsable para siempre de lo que has domesticado. Eres responsable de tu rosa...”
La rosa no es un personaje fácil. Es bella, pero se cree única, sin saber que hay cientos y miles de flores como ella. “No es muy modesta”, descubre el Principito. Sufre por “su vanidad un poco recelosa”. Al poco tiempo, “a pesar de su buena disposición para amarla... había comenzado a sospechar de ella... ‘No debería haberla escuchado’”, reconoce. Huye entonces de su lado. Inicia su gran periplo por el universo y termina por darse cuenta de la verdad: “No supe comprender nada... ¡Nunca debí huir! ...Yo era demasiado joven para saber amarla”.
Ya no es el personaje imaginario el que hablar. Es el propio Saint-Exupéry. Y no se refiere a una rosa cualquiera sino a la salvadoreña Consuelo Suncín, su esposa, -escritora, escultora y pintora- quien esperará inútilmente su regreso de la guerra en 1944.
Consuelo, hija de un país de volcanes -salvadoreña- no sólo fue retratada en esta obra. Fue, también, la musa inspiradora de Saint-Exupéry: “Es la rosa, seguro, con su coquetería, su vanidad...sus espinas, su tos (ella era asmática). Pero también es el alma del libro. Basta leer un poco entre líneas: su sello está en todas partes”.
Su relación no fue fácil. El suyo fue un romance apasionado, iniciado en Buenos Aires, espoleado por la adrenalina de un vuelo loco sobre la ciudad y el Río de la Plata. Lo que les costaba era convivir en tierra firme. Es el desesperado mensaje que surge del libro, escrito en un momento de reencuentro.
Cuando el Principito les habla a las rosas, comparándolas con la suya, está en realidad pidiéndole a Consuelo que lo entienda: -“Ustedes son bellas, pero están vacías... Nadie querría morir por ustedes. Por supuesto que cualquiera al pasar podría creer que mi rosa se les parece. Pero ella sola es más importante que todas ustedes juntas.... Porque es mi rosa”.
El Principito ¿nació en La Antigua -Guatemala-?
Jorge Carrol buscó en los lugares y países donde estuvo De Saint-Exupéry, y cree que el único que encaja con la descripción del Asteroide B 612 por tener tres volcanes cerca uno de otro, dos activos y uno inactivo, es La Antigua (Guatemala). Según Carrol se trata de los volcanes de Fuego, Acatenango y Agua.
En el cuento infantil la referencia a esos volcanes son las siguientes líneas: “Tengo tres volcanes, dos en actividad y uno extinguido; pero nunca se sabe… –No, nunca se sabe –dijo el geógrafo.”
Sea como fuere el autor de El Principito se llevó su secreto con él.
Saint-Exupéry desapareció para siempre en una misión de reconocimiento -era aviador-, cuando sobrevolaba la Francia ocupada por los nazis, durante la Segunda Guerra Mundial.
Sería bonito creer que vive feliz en su asteroide, con su rosa.

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