miércoles, 13 de octubre de 2010

En su calle

Los perros van sin correa y nadie les acaricia el lomo. No tienen nombre, son de pellejo y ojos. No llueve, ni hay ropa tendida. Charcos de orín y cristales rotos crecen hacia su portal. Hoy me ha mirado desde el balcón y he salido huyendo de su calle, como todos los demás,...

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