jueves, 30 de diciembre de 2010

Té y galletas

Y dejar la mirada perdida tras los cristales. Sin prisa, sin tormentos. La zapatilla se desliza del pie y lo deja desnudo. No hay música. Solo la cucharilla del té y el crujir de galletas. ¡Cuánto tiempo para llegar a este sitio exacto! Sí. Por fin, estoy aquí. Una leve sonrisa se refleja en el cristal y se proyecta hacia fuera. Ha caído la noche. Alguien piensa en mí.

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