Que ellos se hacen mayores.
Que tendrán achaques.
Que los médicos y las pruebas y las operaciones formarán parte de nuestras vidas.
Pero no me acostumbro.
Para mí siempre serán los dos treintañeros padres de una niña deslenguada.
Dos jóvenes trabajadores, activos, sanos, que nunca se quejan, que no se dan caprichos...
Sé que es lo natural.
Que todos nos hacemos mayores, y nuestra H es también H de hospital.
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