martes, 27 de agosto de 2019

#Cuentocontigo: Concierto en el patio de luces


Tres toques secos, mecánicos, dieron paso al inicio de la sinfonía. Los metales salieron a escena con su nervioso y trepidante ir y venir, acelerándonos el pulso. Cuando  parecía que dentro del pecho el corazón nos iba a estallar acompasado por el veloz golpeteo de metal sobre cerámica, un pequeño silencio nos acongojó. Fueron apenas dos segundos pero enseguida, para nuestro alivio, la música volvió a nuestro patio de luces. Un suave chisporroteo, continuo y vibrante, invitó a los vecinos que aguantábamos la canícula en la ciudad desierta a asomarnos al patio. Ese alegre crepitar bien pudiera ser un spa para nuestros oídos, o el recuerdo de una lejana cascada de otro tiempo. Poco después resonó la percusión. Un solo golpe, seco y  compacto, al que siguió el mutismo y después, rodeada de toda nuestra expectación, llegó atronadora la voz del vecino del 5º y barítono de nuestro concierto de patio de luces que exclamó a todo pulmón: "Ya está la tortilla, a cenar" 

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