... desde que apagué el último cigarro y decidí no volver a fumar.
Si a alguien le sirve de ayuda, no necesité parches, ni caramelos, ni psicólogos, ni huir de la compañía de otros fumadores... Fue la propia voluntad, o la testarudez, como buena maña que soy.
Os reconozco que me considero ex fumadora de por vida y tengo claro que podría volver a caer así que no me ando con milongas de "dame una caladita" o "échame el humo". Tengo amigos que fuman y otros que no y los acepto tal cual aunque he de deciros a los fumadores que a veces se os va la mano y el paquete de 20, practicamente os lo coméis.
A mi me gustaba fumar, por eso no lo dejé antes. Si pudiera controlar mi consumo me echaría un cigarrito de vez en cuando, porque bien lo decía Sarita "...es un placer" y así lo recalcan los Sidonie "todo lo que nos gusta, nos va a matar mañana"... Peeero, no vale engañarse. El vicio superaba mi (ya escasa) racionalidad y me hacía dependiente.
Ahora soy más libre. Ya no tengo que encender un pitillo para que venga el bus antes, ni para que me acompañe mientras paseo. Ya no tengo sudores fríos cuando me quedan solo 4 cigarros en la cajetilla y mis dedos y dientes han perdido ese tono amarillento. La ropa ya no huele a tabaco y dicen que besarme, vuelve a ser como "comer naranjas en agosto y uvas en abril"...
No pretende convencer a nadie de nada. Solo estoy contenta de haber llegado a otro 17 de octubre y poder decir orgullosa que sigo teniendo a la bestia controlada. Salud!
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