- Yo voy soñando caminos
- de la tarde. ¡Las colinas
- doradas, los verdes pinos,
- las polvorientas encinas!...
- ¿Adónde el camino irá?
- Yo voy cantando, viajero,
- a lo largo del sendero...
- —La tarde cayendo está—.
- En el corazón tenía
- la espina de una pasión;
- logré arrancármela un día;
- ya no siento el corazón.
Antonio Machado y yo
- Y todo el campo un momento
- se queda, mudo y sombrío,
- meditando. Suena el viento
- en los álamos del río.
- La tarde más se oscurece;
- y el camino se serpea
- y débilmente blanquea,
- se enturbia y desaparece.
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