...¡Estás casi entera y me miras y me arañas,...! Hasta ahora no he caido en la causa, no sabía por qué andaba triste, cabizbaja, ausente, desganada. Pero la noche arde, y en ventanas abiertas has encontrado la llave para tocarme la cara. Y así estaremos, quizá hasta al alba, mirándome tú y yo arañada. Luna, de lunes, lunera y malvada. Me has quitado el sueño para verte reflejada. Sabes que dueles, sabes que dañas,...
Es verdad, como duele la luna algunas veces. Sobre todo si me falta.
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