Allí me encontraréis. Acurrucada y tapadita. Un bulto entre siete mantas. Ni me moveré. Dejadme pasar ahí este invierno. No me delatéis. Que me muero. Que si salgo, me muero. Soñaré mil historias y os las contaré en primavera. Pero ahora debo esconderme en mi madriguera. Prometo no roncar, ni hablar en sueños. Solo quedarme quieta, muy quieta. Ni mi respiración notaréis. Empiezo a coger la postura. Vosotros, abrigaos. Yo me protegeré bajo estas siete mantas.
Y entonces... Quién escribirá "paseante dominical"? Ya no sabrás si es Lunes o Miércoles o Domingo y además, aunque lo supieras, no tendrás nada que contar. Hummm! Los plumas abrigan mucho también y te dejan mayor capacidad de movimiento.
ResponderEliminarBesos cálidos.
Mmm,... No sé si me convences, ¡hace taaaaaaaaaaaaaaanto frío!
ResponderEliminarBesos de esquimal
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminar