Aquí hablo de libros y comparto mis cuentos. Para hablar un rato sin mover los labios
jueves, 8 de septiembre de 2011
La bici perfecta
Tengo suerte. En la ciudad donde vivo hay servicio municipal de bicicletas. Cada día el azar me elige cuatro. Dos billetes de ida y dos de vuelta. Hasta hoy, ninguna perfecta. Tampoco me quejo. ¿Acaso soy Indurain? Sillines que se mueven hacia los lados, pedales que se salen, ruedas pinchadas, manillares lejanos, manchas de engrasar, velocidades que saltan,... Hoy he cogido la mejor. He tenido que esperar por ella, porque el reponedor de bicicletas ha tardado en liberarla de su yugo. Y además me ha contado cómo funciona todo el sistema. Si supiera que estaba tan cansada que ni siquiera le oía... Bueno, al fin la lotería de números dijo 4 y ahí estaba la bicicleta perfecta. Tomad nota: es la 0993. Va como la seda. Pedaleo suave, velocidades a punto, sillín a la altura perfecta, silenciosa, rápida,... ¡No la hubiera dejado! Espero volver a encontrarla. En días tan largos como el de hoy está bien que te lleven a casa... Casi volando...
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Desde luego, esto de las bicis ha sido muy buena idea. Sobretodo si das con la 0993
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