No podía despertarme, y después no quería.
Me he levantado desganada, desmotivada, y cansada.
Me hubiera cosido a la sábana interior, me hubiera tatuado el pijama.
Me hubiera metido dentro de la cafetera italiana, me habría derretido en una ducha caliente...
No podía moverme de casa, y después no quería.
Me he enfundado en lana y falso goretex, se me ha helado la nariz y el brillo de los ojos.
Me hubiera convertido en bolsillo interior, me habría encerrado por dentro
Me hubiera dejado arrastrar como un trineo, con los ojos cerrados y pestañas de nieve...
No podía creer que llegaría al final del domingo, y después, no quería.
Y ahora, justo ahora, volvería a empezarlo todo otra vez,...
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