He subido a un puerto de montaña,
hace frío y estoy sola,
tengo los oídos tapados,
la mente embotada,
las manos congeladas,
los pies no se pueden mover.
Necesito estar aquí un tiempo.
Para no oír nada más,
ni pensar nada más,
ni tocar, ni pisar, ni recordar, ni añorar,...
Solo funciona el corazón,
hoy, es lo único que me mantiene viva.
Contaré latidos hasta que esté preparada para volver,
para descongelarme, para pisar fuerte, para tocar, oler, hablar y pensar.
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