Claramente estamos retrocediendo en derechos, y también laborales. No os descubro América con esta afirmación, pero quiero que reflexioneis sobre esos derechos perdidos. Yo trabajo por cuenta ajena y no soy funcionaria. No tengo un contrato fijo, al menos no pone eso en la hoja que firmé hace cuatro años, y mis horas de trabajo están en función de mi fuente de trabajo. Puede ser que un día viaje y haga más horas, o menos; que esté entrevistando a alguien y la conversación se alargue más o menos. Normalmente siempre es de más... Tu entorno ya te recuerda la suerte que tienes de trabajar, y si hay que echar más horas pues se echan, y no te quejes, ¡haces lo que te gusta!

Y esa sensación es como le dije a una compañera... como un caballo de carreras al que se le ha reventado de tanto correr. Correr para llegar a no se sabe dónde... Sí, tal vez a fin de mes. Es nuestra única meta. Aunque cada vez quede más lejos... o más cerca... Fin de mes ya es el día 10.
Ahora pasamos la vida trabajando y presionados. Con suerte. La exigencia viene de todas partes. De tus jefes, de los espectadores, del entrevistado, de tus compañeros, de tu familia, de tu ética periodística...
En definitiva. Sí. Soy una chica trabajadora, tampoco podría ser de otra manera pero... Mi único derecho es darme el capricho a veces de no coger el móvil (único y personal) un domingo... El que a mi me gustaría disfrutar es el derecho de tener tiempo para pensar cómo me gustaría enfocar un reportaje, poder ser creativa,... Eso sí que sería un derecho para mí. Derecho a tener tiempo para lo personal y para lo profesional.
PD Antes ese tiempo lo conseguíamos usando un limpiamuebles, Centella.
Protestona
ResponderEliminarEl futuro está en volver al campo y a la naturaleza y llevar una vida sin estrés.
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