Si los escritores de blogs tienen un mandamiento ese es el de escribir todos los días, así que, amigos, amigas, he pecado. Y mi penitencia será recuperar los días perdidos, y no dejarme ni uno en blanco. Espero que podáis perdonar mi culpa, mi gran culpa y sigáis leyendo ávidamente mis desvaríos virtuales.
Atentamente,
hache que hache