-Buenos días.
-Buenos días.
Como cada mañana, a las 9:11 ella sale del portal de su casa, en el número 77 y me saluda.
Sé que su nombre es María, porque hace unas semanas alguién la llamó desde lejos y ella se dió la vuelta.
María, suena tan bonito como ella.
Por supuesto, de mí nada sabe.
Sólo que barro y recojo las hojas secas de los jardines de la urbanización.
Sólo que todos los días estoy a las 9:11 frente a su portal esperando oír su voz.