El termómetro no sube de 0º a mediodía.
La plaza está entre nieblas.
Una manada de camellos cargados de niños recorre en círculos el perímetro.
Castañas y churros son los mejores amigos de nuestras manos
Osos blancos crecen en los tejados y pequeños dragones giran en tiovivos
Un árbol gigantesco recibe deseos con buena letra
Y ninguna carta llega a un buzón para gigantes, ¡no es justo!
Pero entre toda esta ciudadanía navideña, aparece un elemento extraño...
que quiere comerse todas nuestras ilusiones...
¡Tened mucho cuidado ahí afuera!
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