por Han Kang (Nobel de Literatura 2024)
Random House, 2023
176 páginas
No es un libro para bajarse a la piscina mientras se mordisquean unos snacks. Habrá quien lo abandone a las pocas páginas, pero si se sigue adelante,... si su atmósfera de silencio, luz y oscuridad penetra en el lector, es imposible que no le atrape. Tras "La vegetariana" (ver reseña en este blog) tenía ganas de volver a la nobel coreana que sin duda tiene un estilo literario personal e intransferible. Su uso de las palabras conecta con lo más íntimo dejando una prosa cargada de poesía, verdad y profundidad abisal. Es una literatura del sentir, que busca el reencuentro con ese yo interior que suele hablarnos y al que pocas veces escuchamos. ¿De qué va, preguntaréis? De dos personas heridas que arrastran su dolor en un creciente hermetismo por dentro y por fuera. Ella ha perdido la facultad de hablar, a su madre y la custodia de su hijo en un breve espacio de tiempo; él, tras toda una vida en Alemania regresa a Corea, su hogar, para dar clases de griego y con la guillotina afilada de una enfermedad degenerativa que pronto le sumirá en la ceguera y la oscuridad. Ella cree que solo con el estudio de una lengua muerta podrá conjurar al lenguaje y recuperar las palabras y la voz. Él regresa a sus orígenes antes de despedirse de la forma de las cosas. Si os atrevéis, ahí estarán esperándoos la alumna y el profesor. #13 #Lecturas2025