Día 7
Ni siquiera desayuné, me vestí a toda prisa, introduje las coordenadas en google maps, y esto es lo que vi. La calle de entrada al Cementerio de Torrero.
Yo no había estado antes. ¿Por qué? No llevo mas que tres semanas en esta ciudad, no conozco a nadie, ni nadie que conozca ha fallecido, ¡afortunadamente!
Pero, ¿que quería decirme él con esa invitación a entrar al cementerio?...
Cogí el autobús 34 y llegué hasta las proximidades de la puerta. Justo al lado de varios puestos de flores, pero solo uno estaba abierto. Algo en las plantas me llamó la atención. ¡Curioso! Estaban expuestas las habituales para honrar a los difuntos: claveles, margaritas, gladiolos, crisantemos, rosas,... sin embargo ,entre ellas, había una única maceta de COL decorativa. Idéntica a la mía. ¡La que había comprado hace un par de días!
Cogí el autobús 34 y llegué hasta las proximidades de la puerta. Justo al lado de varios puestos de flores, pero solo uno estaba abierto. Algo en las plantas me llamó la atención. ¡Curioso! Estaban expuestas las habituales para honrar a los difuntos: claveles, margaritas, gladiolos, crisantemos, rosas,... sin embargo ,entre ellas, había una única maceta de COL decorativa. Idéntica a la mía. ¡La que había comprado hace un par de días!
Me pudo la curiosidad y me acerqué al puesto.
-Perdone, me parece extraño que tenga esta maceta entre las flores cortadas-. La chica que atendía la parada me sonrío y dijo:
-Perdone, me parece extraño que tenga esta maceta entre las flores cortadas-. La chica que atendía la parada me sonrío y dijo:
-Tú debes ser Marta, ¿no? Me dijeron que vendrías preguntando por este tiesto. Tiene un mensaje para ti, creo.
Y me alcanzó un sobre blanco y pequeño con mi nombre. Atónita lo abrí allí mismo. Era un enlace a un página de Internet y el siguiente texto: Calle J Bloque 3...
Y me alcanzó un sobre blanco y pequeño con mi nombre. Atónita lo abrí allí mismo. Era un enlace a un página de Internet y el siguiente texto: Calle J Bloque 3...
Tenía un aluvión de preguntas que hacer a la florista, pero literalmente bajó la persiana en mis narices y salió caminando sin darse la vuelta ante mi interrogatorio: ¿Quién le ha dado el sobre? ¿Cuándo? ¿Qué es eso de Calle J?... ¡En unos instantes la mujer desapareció y estaba sola a la entrada del Cementerio, un día de Reyes, con niebla y un frío que calaba los huesos!
No sabía qué hacer ni qué querían decir esas nuevas señas: Calle J Bloque 3. Lo único que podía hacer era buscar la dirección en Internet, y tratar de atar cabos. Esto es lo que encontré: ¡¡¡¡MENSAJE!!!
No sabía qué hacer ni qué querían decir esas nuevas señas: Calle J Bloque 3. Lo único que podía hacer era buscar la dirección en Internet, y tratar de atar cabos. Esto es lo que encontré: ¡¡¡¡MENSAJE!!!
(Sigue)
Creo que no os había dicho que faltaban dos días para mi 25 cumpleaños...
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