No tienen WhatsApp, ni Facebook, ni Instagram. Nunca se han mandado un SMS, ni saben qué es Twitter. Sin embargo, su historia es hoy trending topic mundial con el #hashtag #besoporsiacaso. Durante toda la mañana y parte de la tarde, televisiones y fotógrafos les persiguen por el barrio y les piden una y otra vez que se besen. A primera hora de la mañana, supongo que les habrá parecido una novedad simpática pero horas después, empiezan a sentirse perseguidos y acosados.
Y todo porque este hombre y esta mujer, mis vecinos, se dan un beso cada vez que se separan. Y no es que sus destinos vivan eternamente a caballo de la distancia. Su máxima separación, creedme, tiene una dimensiones espacio temporales de dos calles y 30 minutos, lo que puede costar comprar el pan y la carne, o cortarse el pelo el uno sin el otro. "Nunca más de media hora sin vernos, así ha sido siempre entre nosotros" pero antes y después de separarse, siempre, uno u otra o ambos dicen eso de dame un #besoporsiacaso.