sábado, 12 de marzo de 2022

Quince años tiene mi blog

¡Cómo pasa el tiempo y cómo ha cambiado el mundo en estos quince años! Hace un momento pensaba en lo diferente que soy de aquella "hache que hache" que abrió este blog. Esa muchacha que había recibido unos cuantos zarpazos de la vida y necesitaba gritarlo aunque fuera en el mayor de los silencios. Me admira su arrojo para lanzar sus sentimientos al aire, su inocencia y su denodado optimismo -ese, que milagrosamente aún habita en mí tres lustros después. He de confesar que la añoro, que me gustaría volver a ver la vida con sus gafas de cristales de colores y recuperar la ilusión y las ganas de escribir. No me gustaría que este texto pareciera un epitafio, ni salpicaduras de tristeza; no lo es. Estoy muy orgullosa de todo lo que ha pasado por aquí en estos años, y a pesar de que el formato se vea ahora algo anticuado, casi analógico, me gusta que exista y alimentarlo con literatura y voces. Tal vez no sea tan distinta de la de antes, porque sentada aquí mientras escribo la estoy visionando, y eso consigue dibujarme una sonrisa. Si pudiera decirle algo ahora mismo desde este incierto futuro es que nunca deje de escribir, y nunca deje de tener planes. Ah, y muy importante, le adelantaría que en 2010 conocerá a una persona maravillosa; una buena persona que hará que este viaje merezca la pena. 


¡A por quince años más! 

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