viernes, 31 de agosto de 2007

Vilallonga, una vida de película

Vilallonga... Una de esas personas con vida de película, nos ha dejado hoy. Decía en una de sus últimas entrevistas que esperaba no ir al cielo porque se encontraría con toda la gente que odiaba en la vida...
Hombre polifacético donde los haya era Grande de españa, además de periodista, escritor y actor. Se negó a seguir la carrera diplomática de su padre y a principios de los años cuarenta empezó a colaborar en Destino, Diario de Barcelona y El Noticiero Universal. Además, residió un tiempo en París, donde colaboró en el Paris-Macht.
Vilallonga escribió muchos libros, entre los que destacan 'Encuentros y encontronazos', 'El sable del caudillo' o 'Flor y nata'. Además se ocupó de la biografía oficial del Rey Don Juan Carlos. De hecho, el marqués de Castellbell -su título- se definía como "monárquico genético" y políticamente evolucionó desde el monarquismo de origen familiar de su primera juventud, con su participación en requetés y acciones de propaganda falangista, al antifranquismo y al liberalismo democrático.
Vilallonga también era actor y participó en series de televisión como 'Hostal Royal Manzanares' en TVE e incluso en más de setenta películas en Francia, Italia y España, alguna de ellas tan relevante como 'Desayuno con diamantes', junto a Audrey Hepburn (Blake Edwards, 1961). Interpretaba a José, un millonario brasileño, que a punto está de llevarse a la chica...
Y siguiendo su deseo, espero que en el infierno sea feliz, pero a Audrey, no creo que la encuentre (de nuevo, perderá a la chica)

Amafantes...

Algunos periódicos recogen hoy esta noticia, que me ha encantado. La dama y el vagabundo en versión paquiderma Los Romeo y Julieta de colmillo y trompa No tiene desperdicio. Si existe la reencarnación, me pido "Savitri"...
Un elefante salvaje protagonizó una curiosa historia de amor, al romper la valla de un circo en la región de Bengala (este de la India) y marcharse con una de las elefantas de la empresa circense a la que ayudó a escapar, informó la agencia IANS.
El suceso ocurrió este martes por la noche en el distrito de Raniganj (a unos 175 kilómetros de Calcuta), donde el Circo "Olympic" había situado la carpa hace diez días. Un macho salvaje de 26 años arribó al lugar, rompió una valla protectora y se coló en el establo donde se encontraban las elefantas de la empresa, atraído por las llamadas de éstas. El elefante escogió a una de ellas, "Savitri", que, pese a la insistencia de un cuidador, rompió las cadenas con las que estaba atada para escapar con el macho hacia la selva, donde ambos fueron avistados "jugueteando" junto a un lago, según IANS. Tras ser localizados, un equipo del departamento forestal intentó atraer a "Savitri" con trucos, pero la elefanta anudó su trompa a la de su compañero, lo que los cuidadores interpretaron como un signo de desafío. El propietario del circo, Chandranath Banerjee, se mostró preocupado por la pérdida de "Savitri", con un valor estimado de 400.000 rupias (unos 7.100 euros), pero también porque otra de sus elefantas, "Gayatri", muy unida a la "enamorada", se encuentra "deprimida", afirmó."Ha habido que cancelar el espectáculo porque otra elefanta, Gayatri, está añorando a su amiga. Ha dejado de comer", dijo Banerjee en declaraciones al diario "The Times of India". Hasta la noche, los oficiales del departamento estuvieron siguiendo con antorchas la pista de "Savitri" y su macho salvaje: la última vez que vieron a la pareja, ésta marchaba hacia su destino por una carretera del distrito de Raniganj.

jueves, 30 de agosto de 2007

El Verano del Amor

Fuente Heraldo de Aragón Edición 30 de agosto de 2007 (antes, Santa Eva)
Autor: el gran Matías Uribe. MATÍAS URIBE "If you´re going to San Francisco / Be sure to wear some flowers in your hair / If you´re going to San Francisco / You´re gonna meet some gentle people there".
¿A qué tipo de gente se refería Scott Mackenzie en "San Francisco", una de las canciones más bellas y perfectas de la historia del pop, cuando en 1967 alentaba a los jóvenes a acudir a la capital californiana? ¿Quién era aquella "gentle people" a la que se podía encontrar en la bahía de la ciudad costera norteamericana? Sin duda, pese al sentido de "carácter dulce" del vocablo inglés "gentle", gente nada convencional, millares de jóvenes que vestían ropajes floreados y de colores chillones, se dejaban el cabello largo hasta la rabadilla, sembraban de flores el pelo, calzaban sandalias de cuero, fumaban hierba, tomaban droga, hacían el amor libremente, vivían en comunas y dormían en parques y pisos abandonados de la ciudad del oeste. Los hippies, en efecto, como rápidamente se les bautizó. Gente nueva, rara, desaliñada y desalienada, rechazada frontalmente por el sistema, pero artífice del llamado "Verano del Amor", del que ahora se cumplen cuarenta años y al que la industria discográfica americana rinde culto -o abre caja, depende- estos días con lujosas ediciones de estuches y discos compactos recogiendo la banda sonora de aquel tiempo de flores y utopía.
Ruptura generacional "For those who come to San Francisco / Summertime will be a love-in there / In the streets of San Francisco / Gentle people with flowers in their hair".
Una promesa tentadora, seguía predicando Mckenzie en la segunda estrofa de su himno: el verano será una "fiesta de fraternidad", un "love-in", como se denominaron a las reuniones de jóvenes en parques y conciertos de rock al aire libre. En ellas, aquellos jóvenes daban rienda suelta a sus apetitos de libertad y escapismo de una sociedad adulta que les oprimía para hacerles clónicos de sus padres y abuelos -una buena casa, una esposa fiel, barbacoa familiar los fines de semana-, algo que bajo otros parámetros iniciaron una década antes los primeros rockers y no consiguieron. En San Francisco, en el "Verano del Amor", estaba permitido todo bajo la norma no escrita, pero bien asumida, del amor, el pacifismo, el sexo, la libertad individual y las drogas. La ruptura con las generaciones de posguerra, con Ginsberg, Kerouack o Timothy Leary como teóricos y profetas mayores."All across the nation such a strange vibration / People in motion / There's a whole generation with a new explanation / People in motion people in motion".No, no fue un movimiento indolente ni prefabricado. Fue una "extraña vibración", como seguía cantando McKenzie, que recorrió Estados Unidos de este a oeste y luego saltó al continente europeo, generando una verdadera revolución social, la primera revolución juvenil de la historia. Una "generación entera con nuevas cosas que explicar". Bien es cierto que en los parques de San Francisco se dieron cita tanto gentes de espíritu libre como turistas de fin de semana, mercaderes o chicas fugadas de sus hogares ("runaways"), pero lo que allí se generó fue una nueva forma de entender el mundo, la vida y la misma cultura. La contracultura.Su génesis fue rápida: en octubre del 66 tenía lugar en el césped del Golden Gate Park de San Francisco el primer "love-in" mientras que los estudiantes, a través de los denominados The Berkeley Events, agitaban los campus de las universidades sanfranciscanas: detestaban el autoritarismo académico y pedían la participación libre en las clases y en la organización misma de los centros (Free Speech Movement). Poco después los grupos subterráneos de la Bahía accedían a los discos y en junio del 67, con Scott Mckenzie esparciendo las notas de su gran himno, se celebraba el primer gran festival hippy, el de Monterrey, un huracán de flores y música pop, alentado por The Mamas & The Papas, y en el que tomaron parte los grupos hippies emergentes, así como otros consagrados.Al poco, la música se trasladó a locales cerrados y a los grandes "ballrooms" -el Fillmore, a la cabeza- y surgieron los "light-shows" y la psicodelia, nuevas formas de arañar sensaciones y crear estímulos sonoros y visuales. La música en directo ya no era una larga secuencia de canciones cortas y de éxito sobre un escenario. Era algo más: para los sentidos y para el espíritu. Por eso, para acompañar los viajes psicodélicos, se estiraban los desarrollos de las canciones, se proyectaban imágenes estroboscópicas, máquinas de hielo frío provocaban humos coloreados por las luces, los "flashes" lanzaban luces intensas y parpadeantes y a menudo el ambiente se volvía fosforescente por los efectos de las luces ultravioletas. La base de los modernos espectáculos musicales.
Sueño centelleante "For those who come to San Francisco / Be sure to wear some flowers in your hair / If you come to San Francisco / Summertime will be a love-in there".
Inconscientemente, los hippies del 67, como remachaba una y otra vez la canción de Scott Mckenzie, habían sacado del arcón las profecías de Orwell y el famoso decálogo de Farson, cuya plasmación, según vaticinaron ambos, tendría lugar en 1984. No fue así, como la realidad se encargó de mostrar. "¿Dónde acabaron las flores del underground?", se preguntaba Fernanda Pivano en 1972. En las termiteras, respondían los más realistas y drásticos. De hecho, el sueño hippy saltó enseguida por los aires, embestido, como diría Roszak, por los nuevos centauros que, como siglos, atrás arremetieron contra la autoridad divina del mito: la policía, los medios de comunicación burgueses como la revista "Life", que redujo todo a estampa turística, el papel manipulador de la televisión, los mercaderes de las discográficas -a la Jefferson le metieron un cheque anticipado de 25.000 dólares- y un gobernador de armas tomar, el luego presidente Ronald Reagan, que cerró comunas, prohibió el consumo de LSD y devolvió a casa a aquellas jovencitas descarriadas. La buena conciencia americana quedó a salvo, y los mismo residuos hippies del verano del 67, los "diggers", celebraron las exequias simbólicas del movimiento en octubre, pero Monterrey y la revuelta californiana del 67, según escribió Mario Maffi, fueron el escenario de la rebelión, dejando para la posteridad conceptos que hoy se abrazan como naturales: el pacifismo, la liberación sexual, el ecologismo, los movimientos alternativos e incluso la contestación política y social del rock. "Somos políticos eróticos que nos interesamos por todo lo que se refiera a la rebelión, al desorden, al caos y a la actividad que parece carecer de sentido", dijo Jim Morrison. Los Beatles se apoderaron del alumbramiento hippy, le dieron su toque genial y personal y lo envasaron en su famoso "Sgt. Pepper", expandiendo así un sueño que nació centelleante y efímero pero que aún perdura.

miércoles, 29 de agosto de 2007

Unplugged (II)

Porto Petro. Mallorca Árbitro del encuentro entre carril derecho e izquierdo para bajar y subir de Cala Llombards. Mallorca Éncuentro de colchoneras antes del inicio de la Liga. La de naranja con su segunda equipación tras pinchar en roca. Palma. Cacerolada frente al Ayuntamiento para defender la música (por favor, dejénles que pongan música que las cazuelas sonaban fatal)
La grúa se lleva el camión por dar positivo en el control. Qué gran pérdida! Las casas, en la península, por las nubes. En Palma, se empiezan por el tejado.
Ferry Palma-Barcelona. Temporal. Hache huye de la bolsa de mareo con el vendaval de cubierta y sus Killers atronando el tímpano. Segundos después fue bañada de pies a cabeza COMO UNA OLA...
Piensa en verde. Sí señor. Sigue el temporal. El barco estaba torcido. ¡¡las bolsas de mareo se acaban!! El barco más pijo de la isla se llama... Que las canaleras de tu casa sean las más chulas. Olé esas gárgolas. Día de los artistas en Felanitx. Y esta historia, con muslos, no ha hecho más que empezar. Las fotos, salvo en las que sale Hache, son mías. También las tengo en plan serio, pero esa.... es otra historia

martes, 28 de agosto de 2007

Mis pelis favoritas

(Y algunas frases de la película y el entrañable Ed)
  • ¡Yo manejo los hilos!

  • ¿La peor película que ha visto? Bueno, la próxima será mejor.

  • No debería ser tan dura con Ed, es la única persona de la ciudad que no juzga a los demás.

  • Orson Welles: Ed, vale la pena luchar por los propios sueños. ¿Por qué pasarse la vida realizando los sueños de otros?
  • ¡Corten! ¡Perfecto!

  • ¿Eres marica?─ ¡No, señor, soy muy hombre! Hasta luché en la 2ª Guerra Mundial. Llevaba ropa interior de mujer debajo del uniforme. No tenía miedo a morir, pero me aterraba que me hiriesen y los médicos descubrieran mi secreto.
  • ¡¡¡Perfecto!!! A positivar