Mil kilómetros y los que hicieran falta. Por un/a amigo/a de verdad se puede hacer cualquier cosa. En mi caso, cruzar la península de punta a punta, ida y vuelta en 36 horas, ¡y volvería a repetir mañana! No importa el calor, la lluvia, el cansancio, las horas, la carretera,... ¡Un abrazo lo cura todo!
y pregonarlo a los cuatro vientos???
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