viernes, 27 de marzo de 2020

#Comelibros: Filomeno, a mi pesar

Filomeno, a mi pesar
por Gonzalo Torrente Ballester
442 páginas
Premio Planeta, 1988


Durante varias semanas he seguido de cerca las peripecias de Filomeno Freijomil, un señorito medio gallego medio portugués, como indican su segundo nombre y apellido, Ademar de Alemcastre. Huérfano de madre, y con un padre ausente, siempre en las faldas de Belinha, la criada, y sin saber muy bien cuál es su lugar en el mundo. No en vano, el subtitulo es: Memorias de un señorito descolocado. Ambientado entre guerras, el joven Filomeno recorre Europa y trata de comprender la realidad del mundo pero siempre volviendo a su pazo portugués. Amores y desamores, anécdotas de la España franquista, de su periplo como corresponsal, y la vida en un ciudad de provincias tras su paso por Londres y París, conforman esta novela en forma de memorias que recibió el premio Planeta en 1988
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"Filomeno, ni mas ni menos, así como suena, con todo derecho, uno de esos nombres que no se pueden rechazar salvo si se renuncia a uno mismo: impepinable por la ley del bautismo y la del Registro Civil, también por la herencia, porque mi abuelo paterno se llamaba así, Filomeno; y mi padre se empeñó en perpetuar, es un decir, aquel recuerdo del pasado, respeto que tenía a la memoria de su progenitor, de quien había recibido, según él, todo lo bueno del mundo y hasta lo que había acaecido, con absoluta injusticia en lo que a mi madre respecta, que no fue mal acontecimiento, el casarse con ella, aunque poco duradero: como que decidió marcharse de esta vida, quiero decir mi madre, cuando me trajo a ella"