por Han Kang
Publicado en 2007
Random House
168 páginas
La ganadora del premio Nobel de Literatura era una desconocida para mí, y había que ponerle remedio sin tardanza. El libro me enganchó desde la primera página; se extracta en tres partes. Comienza con el punto de vista del marido, que descubre un día que su mujer ha tirado toda la carne o alimento de procedencia animal de la nevera y actúa de forma errática. Su esposa y protagonista, Yeonghye, dice tener sueños que la impulsan a ser vegetariana. En este tramo de la novela se entrevé el anodino matrimonio de ambos, basado en la sumisión de Yeonghye tal y como la tradición dicta. Estas páginas concluyen con una reunión familiar en la que todos tratarán de que ella vuelva a comer carne, dejando traslucir la violencia que ha sido base de la crianza de ella y su hermana. La segunda parte, titulada "La mancha mongólica" está narrada por su cuñado, un vídeo artista que se obsesiona con Yeonghye -hermana de su mujer- al saber que aún conserva la mancha azulada de nacimiento en su nalga. Este episodio sucede un par de años después, aquí comprobamos como la salud física y mental de Yeonghye se deteriora, y vive sola en un piso de alquiler tras el abandono de su marido (para él una mujer que no sirve a sus deseos es una inutilidad) con la sola vigilancia y atenciones de su hermana. Será precisamente su hermana quién nos hable en la tercera parte del libro, siendo el único personaje que tiene empatía y una relación de afecto hacia la protagonista. Y poco más voy a contaros para no entrometerme en vuestra lectura. Este libro es impactante, nos habla de la soledad, de enfermedad mental, de familias autoritarias y roles machistas perpetuados. #05 #Lecturas2025
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