por Gonzalo Torrente Ballester
442 páginas
Premio Planeta, 1988
Durante varias semanas he seguido de cerca las peripecias de Filomeno Freijomil, un señorito medio gallego medio portugués, como indican su segundo nombre y apellido, Ademar de Alemcastre. Huérfano de madre, y con un padre ausente, siempre en las faldas de Belinha, la criada, y sin saber muy bien cuál es su lugar en el mundo. No en vano, el subtitulo es: Memorias de un señorito descolocado. Ambientado entre guerras, el joven Filomeno recorre Europa y trata de comprender la realidad del mundo pero siempre volviendo a su pazo portugués. Amores y desamores, anécdotas de la España franquista, de su periplo como corresponsal, y la vida en un ciudad de provincias tras su paso por Londres y París, conforman esta novela en forma de memorias que recibió el premio Planeta en 1988
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